El sol se oculta en lontananza
todo esta vivo a mi alrededor.
El viento azota el sembradío,
azota mi rostro también.
Se escuchan truenos,
y los relámpagos iluminan el cielo,
antes azul.
No llueve ni hay humedad
solo rayos y olor a ozono.
Y el espantapájaros
que domina el horizonte.
Se escucha un gran estruendo,
junto a una luz enceguecedora,
el espantapájaros arde.
El fuego le da vida
danza macabra en las sombras.
Parece que se lamenta
en su pira funeraria.
Parece un Cristo vencido
con sus brazos de paja en cruz
y la hirsuta cabeza inclinada.
Padre ¡porque me has abandonado?
El espantapájaros arde
al igual que mi corazón,
mi piel y mi alma
rebozantes de soledad.
Somos iguales espantapájaros
sufrimos el abandono
y la desesperanza,
vamos a consumirnos, vamos a estallar
y los dos estamos en llamas.
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