La niña triste que siempre soñó,
La niña triste que siempre amo
que se entregaba en cada ida
y siempre regresaba sola
que dio su alma y su corazón
y se quedaba tan solo
con pedazos de noche
enredados en sus dedos
regando la almohada
con lagrimas de mar.
Pero su lecho siempre fué yermo
fue terreno baldío
que se cansó de esperar
un colonizador
que labrara su lecho
y fertilizara su vientre
que amara sus maneras
y que deseara su cuerpo.
Esa niña triste ya no va a esperar
pues un caballero la quiere besar,
pagará su peso en oro
y le pondrá un altar,
enjugará sus labios con besos de amor,
acariciara su rostro y moldeará su piel.
Nunca mas regresará sola,
y la noche entera le pertenecerá,
solo llorará de amor.
Y su almohada florecerá.
Y su lecho florecerá.
Y su vientre florecerá.
Dic. 2011