Dejaste de creer en mi
dejaste que me fuera
escurriendo entre tus manos
como sangre, como arena.
Dejaste de mirarme
y comencé a desaparecer,
era pared, era rayo de sol,
intangible, agua clara.
Dejaste de pensarme
y no existí más
no soy parte de,
nunca nací, nunca morí.
Dejaste de amarme
y mi alma huyó
mi corazón es ahora un motor
mi sangre es diesel, soy robot.
Y te fuiste...
Ahora soy un maniquí roto
arrinconado en la bodega,
un televisor descompuesto,
un ventilador sin aspas,
una moneda hexagonal sin valor,
un disco de vinil.
Soy obsoleto, caduco, fierro viejo.
16-marzo-2005.
2 comentarios:
Mi apreaciado Angel, ¿qué te hace disfrutar, que no sea algo tangible, algo material? ¿Por qué das la sensación de estar siempre en contra de..., quejoso de..., perjudicado por... Si se fueron: ¡que se jodan! ¡más perdieron ellos/as! Ahí fuera hay mucha gente valiosa deseosa y necesitada de personass como tú, porque, amigo mío, intuyo un gran ser detrás de esa máscara que muestras.
Todos fuimos o estamos jodidos por unas u otras causas, y casi siempre nos creemos víctimas, pero pasado el daño, muchas veces somos nuestros peores enemigos porque del mal que nos causaron parece que no queremos o no le ponemos ganas de olvidarlo, de perdonar, de pasar página después de vomitarlo.
Bueno, no sé por qué me enrollé tanto..., disculpa, me sentí a gusto.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, pero siempre le digo a los que me quieran escuchar, la mayor parte de lo que escribo es ficcion, no necesariamente lo he vivido, pero si da esa impresion, me siento doblemente contento, porque es exactamente lo que queria escribir, soy un ser afortunado.
Gracias de nuevo y recibe un fuerte abrazo
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