Recuerdas aquella tarde que se nos hizo noche?
Te llevaba a tu casa cuando se descompuso el coche
nos quedamos varados como barco en la arena
como aquella obra de teatro que habla de una sirena.
Quería revisarlo tal vez lo podría componer
pero como siempre pasa, empezó a llover
y nos quedamos solos, en medio de la tormenta
lindo motivo para besar tu boca con sabor a menta.
Y hablamos de nuestro amor, de tus ojos y mis manos
y quisimos leer en ellas nuestro destino, como gitanos
hablamos de tus viejos y de los mios,
de tu perro apestoso y de mis gatos sombríos.
Pensamos quedarnos a vivir en ese coche,
salir a trabajar, ir a la escuela y regresar de noche
no nos hacia falta nada, teníamos nuestro amor
y por si hiciera frió, nuestro calor.
La lluvia seguía callendo a torrentes
y en la calle no había ni indigentes
sin testigos nos amamos sin medida
como si en ello nos fuera la vida.
pero cesó la lluvia, y un pálido sol asomo perezoso
la ciudad empezó a emerger como un esbozo
giré la llave, el auto encendió y rodamos lentamente
mi auto, viejo amigo, mi complice me leiste la mente.
Abril 2012
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