Pudimos haber muerto aquella noche, como todas las noches. Pudimos ir a prisión, pero tenemos un ángel de la guarda y tenemos pies ágiles y condición física pero sobre todo, conocemos cada centímetro, cada rincón de nuestro barrio y tenemos la protección de nuestros vecinos, que nos estiman.
Estábamos tomando caguamas en la tienda de Don Moy, tranquilos, nomas para matar el tiempo, porque cuando eres joven el día es eterno. El Camello contaba sus hazañas, el únicamente robaba fuera de la colonia “por eso nuestros vecinos nos quieren” decía, era nuestro ídolo, los jóvenes lo veíamos con respeto y admiración, contaba con 42 años, pero tenía una condición física admirable, sus pies eran alados, como los de Mercurio, podía correr desde el Zócalo hasta Manuel Doblado sin detenerse y al llegar a “home”, se fumaba un Delicado sin filtro, “pa´ agarrar aire” decía.
Le preguntábamos como le hacía para mantenerse en forma y el nos contestaba:-Tienes que levantarte diario a las cinco de la mañana, súbete a la azotea y fúmate un buen churro, sin cocos, bien espulgado, porque el coco te apendeja, se enraiza en tu cerebro y te vuelve vicioso y ya no sirves pa´ ni madres. Luego te bañas con agua fría, no importa que sea diciembre o enero, ese baño va a despejarte la mente y te hará correoso, además que respiraras mejor, te tomas tu cafesito negro, bien cargado, por si todavía tienes sueño y comes de lo que sobro ayer, con la barriga llena te vas a camellar, o a rolar o a ver quien dejo algo mal puesto por ahí y al medio día te tomas una caguama bien muerta, una nomas, porque te vuelves alcohólico y solo vas a trabajar para don Moy, o para el dueño de la vinata, ellos van a comer con manteca y tu puros frijoles. Sigues camellando o taloneando, que pa´l caso es lo mismo y después vas a tu casa a comer , eso tiene que ser de harina y huevo, estés donde estés, tienes que llegar a comer al chante, para que tu vieja no se vuelva fodonga, porque si no llegas, le va a valer madre y no va a hacer el quehacer, ´ora, si ya hiciste tu día, te vas al frontón con la bandera, pero no apuestes si no sabes perder o si no eres muy bueno, siempre ve a la segura, porque es fácil meterse en pedos por dinero, pero debes jugar mucho frontón porque te da la agilidad del gato, te refuerza las patas para poder trepar bardas y azoteas, el frontón es el mejor ejercicio que hay, ve mis manos, están duras como piedras y otra cosa, rompete la madre seguido, pelear te quita el miedo y te pone avispa.
Continuara...
Estábamos tomando caguamas en la tienda de Don Moy, tranquilos, nomas para matar el tiempo, porque cuando eres joven el día es eterno. El Camello contaba sus hazañas, el únicamente robaba fuera de la colonia “por eso nuestros vecinos nos quieren” decía, era nuestro ídolo, los jóvenes lo veíamos con respeto y admiración, contaba con 42 años, pero tenía una condición física admirable, sus pies eran alados, como los de Mercurio, podía correr desde el Zócalo hasta Manuel Doblado sin detenerse y al llegar a “home”, se fumaba un Delicado sin filtro, “pa´ agarrar aire” decía.
Le preguntábamos como le hacía para mantenerse en forma y el nos contestaba:-Tienes que levantarte diario a las cinco de la mañana, súbete a la azotea y fúmate un buen churro, sin cocos, bien espulgado, porque el coco te apendeja, se enraiza en tu cerebro y te vuelve vicioso y ya no sirves pa´ ni madres. Luego te bañas con agua fría, no importa que sea diciembre o enero, ese baño va a despejarte la mente y te hará correoso, además que respiraras mejor, te tomas tu cafesito negro, bien cargado, por si todavía tienes sueño y comes de lo que sobro ayer, con la barriga llena te vas a camellar, o a rolar o a ver quien dejo algo mal puesto por ahí y al medio día te tomas una caguama bien muerta, una nomas, porque te vuelves alcohólico y solo vas a trabajar para don Moy, o para el dueño de la vinata, ellos van a comer con manteca y tu puros frijoles. Sigues camellando o taloneando, que pa´l caso es lo mismo y después vas a tu casa a comer , eso tiene que ser de harina y huevo, estés donde estés, tienes que llegar a comer al chante, para que tu vieja no se vuelva fodonga, porque si no llegas, le va a valer madre y no va a hacer el quehacer, ´ora, si ya hiciste tu día, te vas al frontón con la bandera, pero no apuestes si no sabes perder o si no eres muy bueno, siempre ve a la segura, porque es fácil meterse en pedos por dinero, pero debes jugar mucho frontón porque te da la agilidad del gato, te refuerza las patas para poder trepar bardas y azoteas, el frontón es el mejor ejercicio que hay, ve mis manos, están duras como piedras y otra cosa, rompete la madre seguido, pelear te quita el miedo y te pone avispa.
Continuara...
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